ADICTOS AL SERMÓN 3° Parte




El filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) hizo una modificación a la retórica al agregar el mensaje de tres puntos. “Un todo,” dijo Aristóteles, “necesita un principio, un centro, y un fin.” Con el tiempo, los oradores griegos implementaron el principio de los tres puntos de Aristóteles en sus discursos.

Los griegos se intoxicaron de la retórica. Así pues, los sofistas pasaron bien. Cuando Roma conquistó a los griegos, los romanos fueron hechizados respecto a la retórica. Por consiguiente, la cultura Grecorromana
desarrolló una codicia insaciable para escuchar a alguien dar un discurso elocuente. Era tan de moda que, después de la cena, se entretenía a las personas con un filósofo profesional que de un sermón.
Los griegos y romanos antiguos vieron la retórica como uno de las mayor formas del arte. Por consiguiente, los oradores del Imperio Romano fueron honrados con la misma posición encantadora que los americanos asignan a las estrellas del cine y a los atletas profesionales. Ellos fueron las estrellas brillantes de su tiempo.
Los oradores pudieron producir frenesí a una muchedumbre simplemente por su destreza poderosa del hablar. Los maestros de la retórica, la ciencia delantera de ese tiempo, fueron el orgullo de cada ciudad importante.
Los oradores que ellos produjeron recibieron el rango de celebridad. En breve, los griegos y romanos fueron adictos al sermón pagano, igual como muchos cristianos modernos son adictos al sermón “cristiano.”

La llegada de una corriente contaminada.

¿Cómo es que el sermón griego encontró a la iglesia cristiana? Alrededor del tercer siglo, se creó un vacío cuando el ministerio mutuo y participativo se desvaneció del cuerpo de Cristo. Durante este tiempo, el trabajador itinerante que hablaba de una carga espontánea dejó las páginas de la historia de la iglesia. Para reemplazarlo, la casta de clérigos empezó a surgir. Las reuniones abiertas empezar a desaparecer, y las reuniones de la iglesia llegaron a ser más y más litúrgicas.

Aunque Aristóteles hablaba de escribir un “complot” o “fábula,” su principio, sin embargo, fue aplicado a la entrega de discursos. La fascinación del discurso era la segunda naturaleza para los griegos. “Ellos fueron una nación de habladores” (La Influencia de Ideas Griegas, p. 27).

Durante el tercer siglo, la distinción del clero – laicado se estuvo ensanchando con rapidez. Una estructura jerárquica empezó a arraigarse, y salió la idea de un “especialista religioso.
En vista de estos cambios, el cristiano práctico y funcional tuvo problemas de acomodarse en esta estructura eclesiástica tan evolutiva. No hubo ningún lugar para el ejercicio de los dones. Por el cuarto siglo, la iglesia había llegado completamente institucionalizada y el funcionamiento del pueblo de Dios se congeló.

Mientras pasaba esto, muchos oradores paganos se hicieron cristianos. Como resultado, las ideas filosóficas paganas se metieron en la comunidad cristiana sin darse cuenta. Resultó que algunos de los nuevos creyentes durante este tiempo se convirtieron en oradores siendo filósofos paganos anteriormente. Lamentablemente, muchos de estos hombres llegaron a ser los teólogos de la iglesia Cristiana temprana. Son conocidos como los “padres de la iglesia,” y algunas de sus obras están con nosotros todavía.

Maestro especialista asalariado.

Así pues, la noción pagana de un orador profesional entrenado que entregara discursos o sermones por un precio pasó directamente a la sangre del cristianismo. Note que el concepto de un “maestro especialista asalariado” no vino del judaísmo. Vino de Grecia. Era la costumbre de los rabinos judíos a dedicarse a un trabajo o profesión para no cobrar por sus enseñanzas.
Al fin y al cabo, estos ex-oradores paganos (ahora cristianos) empezaron utilizar sus destrezas oratorias para fines cristianas. Ellos se sentarían en su silla oficial para luego exponer el sagrado texto bíblico, igual como el sofista había suplido una exégesis del texto casi sagrado de Homero. Si usted compara un sermón pagano del tercer siglo y aquellos dados por los padres de la iglesia, encontrará una estructura y fraseología muy similar.

Entonces, un nuevo estilo de comunicación se estaba formando en la iglesia cristiana, un estilo que enfatizó una retórica pulida, una gramática sofisticada, una elocuencia descriptiva, y un monólogo. Era un estilo diseñado a entretener y hacer alarde de la destreza oratoria del hablador. Fue la retórica grecorromana. ¡Y solamente los que fueron entrenados fueron permitidos a dirigirse a la hermandad! (¿Suena común?)

(Tomado de Paganismo en Tu cristianismo)

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