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Mostrando entradas de julio, 2018

UNA IGLESIA SIN PÚLPITO ES IMPENSADA

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Los primeros sermones fueron entregados de la silla del obispo, o cátedra, la cual fue colocada detrás del altar. Más adelante, el ambón, un escritorio levantado por el lado del presbiterio (antealtar), del cual se leía las lecciones bíblicas, llegó a ser el lugar donde se entregaba los sermones. La mayoría fueron alcanzados por unas gradas. El ambón vino de la sinagoga judía. Sin embargo, sus raíces se hacen remontar hasta los escritorios y plataformas de la antigüedad Greco-romano. Juan Crisóstomo (347-406 d.C.) fue reconocido por predicar del ambón. Ya en el año 250 d.C., el ambón fue reemplazado por el púlpito. Cipriano (200-258) habla de colocar el líder  de la iglesia en una posición pública en el pulpitum. Nuestra palabra ‘púlpito’ se deriva de la palabra latina  pulpitum, la cual quiere decir ‘un escenario.’ El pulpitum, o púlpito, fue apoyado a una pared en el lugar más  elevado en la congregación. Con el tiempo, la frase ‘ascender a la plataforma’ (ad pulpit

DEMASIADO SENCILLOS PARA LA FORMALIDAD

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Una experiencia personal Junto con mi esposa y un matrimonio visitamos una familia que reside en una localidad cercana a Rosario. A ellos se le había hablado del Señor días atrás en la plaza del centro.  El dueño de casa nos recibió con mucha gentileza y nos invitó a entrar. Le expresamos que solamente queríamos saludarlo sin embargo nos convidaron con unos mates y algo dulce. También se encontraban sus hijos y otras personas con quienes entablamos una conversación fluida, amena y participativa. Una de las hijas nos hizo probar las comidas caseras que está aprendiendo a elaborar; el más chico mostraba sus revistas de automóviles, y así cada uno se expresaba con libertad, sencillez y humildad. ¡Fue un gusto estar con esta familia! De regreso mi esposa dijo una frase que me hizo pensar, “Estas personas son demasiadas sencillas para la formalidad”. Al pasar las horas nos  dimos cuenta del enorme significado de estas palabras. El evangelio de Cristo y su práctica es sencilla según

"CADA UNO DE USTEDES TIENE..." Gustavo Leegstra

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Los primeros cristianos no tenían una estructura de reunión como en el Antiguo Testamento. Su culto era sencillo con un fuerte énfasis en el ministerio de “unos a otros”. Procuraban participar todos. No era cuestión que actuaran dos o tres y el resto eran espectadores.  Entre nosotros, me impacta cuando David Vives desde su lugar comienza a entonar un coro, también otros hermanos que vienen y comparten una palabra de Dios a toda la iglesia. Esto me hace tanto bien. El principio bajo el cual vivían los primeros discípulos, sus reuniones y su tiempo de culto al Señor era: “¿Que hay hermanos, pues, cuando os reunís?”. Cada uno de vosotros tiene, no solamente salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene interpretación, tiene revelación. Hágase todo para edificación. (1° Cor.14:26) (Tomado del mensaje "Volvamos a la sendas antiguas" Gustavo Leegstra)

HOMBRES DE TARIMA

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“ Deje que el público le haga creer a un hombre que es extraordinario , y pronto se verá a sí mismo como alguien que está por encima de la censura”                                                                                                                   A.W.Tozer El modelo de reunión actual que exalta la persona ha dado a luz lo que denomino “hombres de tarima”. En los últimos tiempos hay un amplio sector de la iglesia que está cada vez más fascinada con sus líderes. Se define como celebridad "alguien que es públicamente celebrado, conocido, reconocido y tratado como especial o único". Este fenómeno está presente en la comunidad eclesial cuando unos pocos se convierten en el punto focal o el “ombligo” de la congregación. La falsa ilusión de “celebridad” cristalizada en la puesta en escena de los hombres de tarima se convirtió en el mito dominante de nuestros tiempos afectando profundamente a la Iglesia. Este asombro extraño hacia ciertos líde

PROPUESTA DE ENTREVISTAS ABIERTAS

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Al leer una nota de un diario local pensé por un momento en lo interesante que sería acceder al liderazgo, las familias y discípulos de la comunidad mediante entrevista s  o diálogos abiertos y  esporádicos , un formato olvidado que en muy pocas ocasiones se suele implementar en encuentros o retiros anuales. Más bien que una entrevista formal tiene que ver con un diálogo distendido, de una forma simple, revestida de amor. Tampoco se trata de lo que en términos jurídicos se llama "interpelación", sino procurar conocer más a fondo la vida en todas sus facetas y el ministerio espiritual de nuestros líderes, hermanos y familias que, obviamente, tengan algo que dejarnos de su derrotero en Cristo. La sociedad contemporánea, dentro de la cual se encuentra la iglesia, aboga y  clama por un ejercicio parlante, por aprender, saber, descubrir y sacarse prejuicios mediante un mejor conocimiento de la persona, los sucesos, los proyectos y las contingencias propias del cris