UNA IGLESIA SIN PÚLPITO ES IMPENSADA





Los primeros sermones fueron entregados de la silla del obispo, o cátedra, la cual fue colocada detrás del altar. Más adelante, el ambón, un escritorio levantado por el lado del presbiterio (antealtar), del cual se leía las lecciones bíblicas, llegó a ser el lugar donde se entregaba los sermones. La mayoría fueron alcanzados por unas gradas. El ambón vino de la sinagoga judía. Sin embargo, sus raíces se hacen remontar hasta los escritorios y plataformas de la antigüedad Greco-romano. Juan Crisóstomo (347-406 d.C.) fue reconocido por predicar del ambón.

Ya en el año 250 d.C., el ambón fue reemplazado por el púlpito. Cipriano (200-258) habla de colocar el líder de la iglesia en una posición pública en el pulpitum. Nuestra palabra ‘púlpito’ se deriva de la palabra latina pulpitum, la cual quiere decir ‘un escenario.’ El pulpitum, o púlpito, fue apoyado a una pared en el lugar más elevado en la congregación.
Con el tiempo, la frase ‘ascender a la plataforma’ (ad pulpitum venire) llegó a ser una parte del vocabulario religioso del clero. Se trataba de una forma elevada que segregó el clero de los laicos como “¡el congestum sagrado y venerado del clero!”

Por el fin de la Edad Media, el púlpito llegó a ser algo común en las iglesias parroquiales. Con la reforma, este llegó a ser el mueble central de la iglesia (edificio).
El púlpito simbolizaba la reposición de la centralidad de acción ritualista (la misa) con una instrucción verbal de los clérigos (el sermón).

En las iglesias luteranas, el púlpito fue movido por el altar. En las iglesias reformadas, el púlpito dominó hasta que el altar desapareció y fue repuesto por la “mesa de comunión.” Hoy es impensable que una iglesia protestante esté sin “¡el escritorio sagrado!”

El púlpito es el centro de mesa de la iglesia protestante. Tanto que un pastor reconocido que habló durante una conferencia patrocinada por la Asociación Evangelística de Billy Gráham pretendió: “Si la iglesia está viva, es porque el púlpito está vivo; si la iglesia está muerta, es porque el púlpito está muerto.”

El púlpito eleva el clero a una posición de prominencia. Conforme al significado, este coloque el predicador en el centro de atención (centro del escenario), separándole y colocándole muy por encima del pueblo de Dios.
Tampoco permite el ejercicio de la mutualidad y la libre participación de los santos. A su vez confronta lo expresado en 1era Corintios 14:26 en cuanto a la reunión.

(Tomado del Libro: Paganismo en tu cristianismo)

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